viernes, 17 de abril de 2015

quisiera llegar,
y encontrarme con un ambiente cálido,
con almohadones acolchonados,
y con las sonrisas en alto.
Un saludo de buenos días,
y dos palmaditas en la espalda.
Una tetera arriba de la mesa,
y un par de tazas.
Qué importa si hay de más,
seguramente vendrán visitas.
Llenarán el lugar de micropartículas coloridas
que cuando se vayan van a quedar brillando,
iluminando cada rincón oscuro
que conservan tan fuertemente en el alma.
Y entonces que esa oscuridad no exista
que se esfume,
que se pierda.
Quisiera.
Yo sola quisiera.


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