miércoles, 9 de julio de 2014

cualquiera

No querés nada de mi y ya no espero nada de vos.
Así que dejá de mirarme así
como si fuese que tenemos ganas de rozarnos.
Ni sé cuál es ese perfume que usás ahora,
ni esa mirada.
Saqué la alfombra que te esperaba en las escaleras de la casa donde ya no vivo,
que por cierto la odiabas porque tenía colores,
como toda mi ropa,
como yo.
Nunca te gustaron tanto las cositas que me hacían sentir bien,
ya ni sabía qué contarte de mí que no quieras cambiar.
Conmigo no eras partidario de sonreír para proteger el alma de las miserias,
ni siquiera para salvar la mía.
Así que me reía por los dos,
revivía una y otra vez.
"hola" y agarré toda tu frivolidad del orto
y le dí forma para que se vea linda...
me lo agradeciste cuando no pude parar de llover,
para alivianar.........te.




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