tu consciencia está tan llena de vueltas

como calesita vieja de plaza de barrio.

te doy una ficha de color

por una tarde donde sólo mires la vida

de arriba hacia abajo,

del pasto al cielo,

y no te preguntes nada.

Ni hacia donde vas,

o para dónde girará la tierra en un millón de años,

o qué hay después del después,

o a quién le vas a rasguñar el corazón

cuando en tu cabeza las mariposas empiecen a volar

y te confundan...

como cuando una noche me llamaste "linda"

y al otro día veinte veces mi nombre.